¿Abama Tenis es el paraíso secreto del tenis de lujo en Tenerife? Abama Tenis lujo y deporte frente al Atlántico en Tenerife
“Abama Tenis es mucho más que un club: es ese sueño de grandeza envuelto en salitre y sol canario, donde la pasión por el deporte se viste de gala cada mañana.” ¿Quién no ha soñado alguna vez con pegar un revés mientras el Atlántico aplaude de fondo y el Teide te observa con una paciencia milenaria? Aquí estoy, con las zapatillas empolvadas por el blanco de las pistas, preparado para contar todo lo que ocurre entre los muros —y los volcanes— de este santuario del tenis.
Atrévete y juega al tenis con vistas al Teide y al Atlántico y descubre por qué este enclave del sur de Tenerife es mucho más que una postal de lujo. Aquí, la pasión por el tenis se transforma en un auténtico espectáculo para los sentidos, donde el horizonte se funde con la perfección de cada servicio y el murmullo del Atlántico acompaña cada set. El reto no es solo vencer al rival, sino dejarse seducir por un escenario donde el deporte alcanza cotas de exclusividad reservadas a quienes buscan emociones fuera de lo común.
El secreto está en la suma de detalles: instalaciones que deslumbran por su tecnología y comodidad, un entorno natural imposible de reproducir y la promesa de experiencias inolvidables. Para quienes buscan un resort de lujo con pistas de tenis profesionales, Abama se convierte en el destino soñado. Porque jugar aquí es, sencillamente, entrar en otra dimensión: una donde la excelencia deportiva se vive entre el azul intenso del océano y el magnetismo eterno del Teide.

Si hay un lugar donde la palabra Abama Tenis cobra vida propia, es aquí, en la costa suroeste de Tenerife, donde la naturaleza no es solo decorado, sino un aliado insospechado de cada jugada. “El lujo se entrena en cada golpe”, murmura el viento entre las palmeras. El rumor de la bola contra el Flexi®-Pave y la silueta de La Gomera a contraluz me han enseñado que jugar al tenis aquí es casi un ritual antiguo, una especie de ceremonia que va mucho más allá de la mera competición.
Nada más poner un pie en las instalaciones de Abama Tenis, se percibe que no se trata de otro club cualquiera: uno siente que está entrando en un universo propio, donde el lujo es la norma y la excelencia deportiva, la excusa perfecta para entregarse al hedonismo puro. El contraste entre el blanco inmaculado de las pistas y el negro volcánico del suelo tinerfeño convierte cada partido en una experiencia sensorial irrepetible. La primera vez que intenté una derecha profunda, me di cuenta de que aquí el tenis se juega también con la mirada: el reflejo del sol sobre el Flexi®-Pave lo intensifica todo, y el Teide parece vigilar cada golpe, como un árbitro de piedra y silencio.
“En Abama Tenis el lujo se funde con el sudor y el Atlántico”
He recorrido clubes de media Europa y, sin embargo, pocas veces he sentido esa mezcla de vértigo y calma que aquí se da cita. El enclave lo explica todo: Abama Tenis está colgado sobre la ladera que desciende hacia el resort, a escasos minutos del mar, abrazado por un clima benigno que parece estar hecho a medida del jugador. Dicen que en este rincón la primavera es eterna y, créanme, lo parece: temperaturas templadas, brisas ligeras, sol en su punto exacto para animar la jornada pero sin esa crudeza que agota. Aquí, la naturaleza juega a favor del deporte y del placer.
En las siete pistas de tenis, con sus superficies idénticas a las del US Open y el Abierto de Australia, uno descubre que la excelencia no está solo en la superficie, sino también en los detalles. La tecnología se esconde bajo cada línea: el Flexi®-Pave garantiza un bote uniforme y cuida las articulaciones, pero lo mejor es que cada partido se convierte en un pequeño espectáculo nocturno cuando se encienden los focos. He disputado sets bajo una iluminación artificial tan precisa que podrías contar las pelusas de la pelota; cada farol, calibrado hasta el último lumen, reduce el deslumbramiento y cuida la vista más que unas gafas de diseñador.
Detrás de esa perfección técnica hay un sistema centralizado que controla el consumo de energía y regula la intensidad según el pulso de cada partido. Lo fascinante es que Abama no se ha quedado atrás en la carrera de la innovación: mientras muchos clubes aún sueñan con el futuro, aquí ya lo tienen instalado. Se habla —y se implementa— la monitorización IoT para reservar pistas, analizar consumos y hasta para ofrecer retroalimentación en tiempo real sobre el juego. Es más, los expertos auguran que en pocos años, tres de cada cuatro clubes de lujo adoptarán soluciones similares; Abama ya ha dado el primer paso, y lo ha hecho bailando.
“Donde el tenis y el lujo bailan juntos en Tenerife”
Pero claro, no todo es perfección suiza ni tecnología futurista. El sur de Tenerife presume de otras joyas tenísticas que compiten, cada una a su manera, por ese pequeño trono insular. El Club de Tenis Tenerife, con sus ocho pistas de tierra batida y un aire clásico que recuerda a los tiempos del tenis romántico, sigue siendo el refugio de quienes prefieren el encanto de la superficie roja. Luego está la Tenerife Tennis Academy, laboratorio de futuros campeones y campo de entrenamiento para quienes buscan un nivel más intenso, lejos del bullicio y más cerca del rigor. Sin embargo, ni la tradición ni el método logran igualar ese extraño magnetismo que uno siente al entrar en Abama, donde cada partido tiene aroma de exclusividad y cada punto sabe a conquista.
Si algo distingue de verdad la experiencia de Abama Tenis, es que el juego no termina con la última pelota. Aquí, el lujo se desliza hacia los alojamientos cinco estrellas, donde los ventanales capturan el amanecer dorando la cima del Teide y las terrazas invitan a un descanso de otro mundo. Las habitaciones, decoradas a medias entre lo volcánico y lo oceánico, son el refugio ideal para reponer fuerzas y soñar el próximo partido.
La gastronomía acompaña con igual nivel de detalle: desayuno buffet mirando al mar, cenas de autor donde el producto local se funde con técnicas de vanguardia, y menús diseñados para deportistas que entienden que el placer no está reñido con la salud. ¿Un poco de “poolside dining” para rehidratarse sin moverse del borde de la piscina? Todo está pensado para que el cuerpo reciba tanto cuidado como el espíritu competitivo.
“La verdad espera. Solo la mentira tiene prisa.” (Proverbio tradicional)
En Abama, hasta el entrenamiento tiene su propio ritual. La Academia de Tenis Abama repite, como una letanía, la filosofía de “Movimiento y repetición”. He tenido la oportunidad de participar en uno de sus intensivos de verano y comprobé cómo los entrenadores, curtidos en mil batallas internacionales, repiten la metodología de los grandes circuitos para pulir desde el saque más modesto hasta la volea imposible. Los cursos no se limitan a la técnica: incorporan análisis de vídeo, preparación física a medida y mucho más. Aquí, el tenis y la ciencia se dan la mano sin rubor y, para quien se atreva, la evolución es cuestión de días, no de años.
Todo este despliegue tecnológico y humano se traduce en un calendario deportivo digno de la élite. Desde 2005, Abama ha sido escenario de torneos ATP Challenger, pruebas ITF y, en 2021, rompió moldes al ser la primera sede española de un torneo WTA 250. Recuerdo el ambiente casi eléctrico de aquel evento: jugadoras de talla mundial, cámaras y focos, el rumor del público y ese horizonte, siempre presente, recordándonos que aquí el espectáculo es doble. El próximo año, el complejo acogerá dos torneos ATP 75 consecutivos. No faltarán premios generosos ni cobertura internacional: Tenerife se ha ganado a pulso su fama de destino tenístico, y Abama es el estandarte.
“Nada grande se ha hecho en el mundo sin una gran pasión.” (Hegel)
Comparar las instalaciones de tenis de Canarias es un ejercicio tan tentador como arriesgado. Existen nombres con historia y volumen, como el Club de Tenis Tenerife o la Tenerife Tennis Academy. Pero ninguna puede presumir de combinar a la vez el carácter internacional, la tecnología puntera y ese entorno natural que, sinceramente, convierte a Abama Tenis en un club de película. El visitante curioso encontrará en la tabla comparativa que aquí se juega en otra liga, tanto por infraestructura como por ambición.
“En Abama Tenis el futuro ya está servido en bandeja”
El fenómeno del turismo deportivo de tenis vive una etapa dorada. Los datos marean: de menos de veinte millones de participantes en 2020 a más de treinta millones previstos para 2025; de ochocientos mil millones a más de un billón de dólares de mercado. Y si hablamos de tecnología, el 75% de los clubes de lujo se suben ya al carro de la monitorización inteligente, reservas automatizadas y experiencias a medida. Los jugadores ya no buscan solo deporte: quieren un ecosistema donde cada detalle cuente, donde la conectividad esté tan presente como la profesionalidad.
No es casual que Tenerife se haya posicionado entre los destinos favoritos para este turismo exigente. Abama Tenis no es solo la mejor carta de presentación; es el espejo donde otros clubes quieren mirarse. Lo curioso —y un poco irónico— es que, mientras muchos aún lo ven como un refugio exclusivo para privilegiados, el auténtico secreto de Abama está en el equilibrio entre el lujo sin aspavientos y una naturaleza que no pide permiso para robarse el protagonismo.
“En Abama Tenis cada partido es una invitación a la eternidad”
No puedo evitar preguntarme si, después de tanto avance y sofisticación, no estamos buscando simplemente una versión más elevada de aquel primer partido que jugamos de niños: el sol en la cara, el sonido de la pelota y la promesa de una revancha eterna. ¿Será que, en el fondo, lo que nos atrae de Abama Tenis es esa posibilidad de volver a empezar, cada día, frente al Atlántico y bajo la mirada inmortal del Teide?
“Jugar en Abama Tenis es rendirse al placer de lo inigualable.” Pero también, al cruzar el umbral, uno descubre que aún queda mucho por contar: ¿qué nuevas historias traerán los próximos torneos?, ¿cómo evolucionará la experiencia cuando la tecnología y el humanismo sigan avanzando de la mano?, ¿quién dará el siguiente gran golpe que haga vibrar el volcán?
Porque aquí, en este pedazo de tierra suspendido entre el cielo y el mar, el tenis siempre tiene una última sorpresa reservada.
Recuerda:
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Abama Tenis es el paraíso del tenis de lujo frente al Atlántico
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El futuro del deporte en Canarias tiene nombre propio y se llama Abama Tenis
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En cada set, la naturaleza y el lujo se dan la mano sin pedir permiso
Para descubrir más sobre el calendario de torneos y experiencias, consulta la web oficial de Abama Tenis.
¿Quién será el próximo en dejar huella sobre el Flexi®-Pave, con el Atlántico como testigo y el Teide como cómplice? La respuesta, quizás, aún está por escribirse.