el futuro de la micromovilidad: Bicicletas eléctricas compartidas sin estaciones

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Bond Mobility es quien desea encabezar esta revolución

Por otra parte tenemos el caso de las bicicletas compartidas, sistemas que en su mayor parte requieren una estación de servicio, donde vamos a recoger y deberemos dejar la bicicleta cuando acabemos de utilizarla, lo que le resta ese factor comodidad que ofrecen los patinetes. Acá hay que resaltar que actualmente existen compañías de bicicletas compartidas ‘dockless’, esto es, que no requieren estaciones para aparcarlas, como el caso de Scoot, que en nuestros días opera en Barna, San Francisco y S. de Chile. En este mix asimismo tenemos las plataformas de motocicletas y ciclomotores eléctricos que ofrecen una mayor velocidad, mas que asimismo requieren sitios singulares para estacionar y carné para conducir. Bond Mobility Bond Mobility opera en la actualidad en Zurich y Berna, Suiza, como Smide, y lo hacen con una flota de bicicletas eléctricas elaboradas por la compañía suiza Stromer, cuyo costo arranca en los diez euros debido a sus componentes de fabricación y su velocidad. 

Las bicicletas eléctricas utilizadas en Smide pueden llegar hasta los cuarenta y ocho km/h. Por servirnos de un ejemplo, Bond ya está planeado empezar operaciones en California, U.S.A., donde se demanda que cualquiera que arriende una motocicleta deberá contar con carné actual y no va a deber circular a más de cuarenta y ocho km/h. Al no haber una ley detalla, Bond se acatará a la ley de motocicletas alquiladas. El objetivo principal de Bond es que sus bicicletas eléctricas sirvan para sustituir vehículos. 

Para Bond, compañías como Scoot, que emplea ciclomotores eléctricos GenZe que circulan a máximo cuarenta y ocho km/h, no son una competencia en tanto que, conforme la compañía, la mayor ventaja de sus bicis es que pueden estacionar prácticamente cualquier sitio y no requieren espacios de aparcamiento concretos para automóviles motorizados. Por esta razón, el auténtico objetivo de Bond es servir de remplazo al vehículo. Esto es, Bond desea agredir exactamente este segmento de usuarios que se mueve por las urbes en distancias cortas, distancias que, conforme la compañía, bien se podrían recorrer en una bicicleta eléctrica a gran velocidad y sin el peligro de terminar en atascos. 

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Para quien no lo recuerde, Cyanogen fue un ambicioso, y peligroso, sistema operativo de código abierto para móviles inteligentes que se fundamentaba en Android, un proyecto que representó una inversión de por lo menos ciento quince millones de dólares americanos en capital de peligro. Cyanogen estuvo en la mira de Microsoft, Amazon, Yahoo y Samsung, quienes procuraban adquirirlo o bien proseguirlo de cerca debido a su gran potencial. Al final Cyanogen murió en el último mes del año de dos mil dieciseis, mas antes que esto ocurriese, McMaster fue depuesto como CEO meses ya antes, mas ya era tarde para la compañía.

Kirt Mcmaster

Puesto que si un día McMaster deseó plantar cara a iOS y Android, ahora está de vuelta y desea plantar cara a Uber y Lyft. Y ya ha comenzado con «su magia», en tanto que termina de percibir una inyección de capital por veinte millones de dólares americanos procedentes de ‘New Mobility Group’ de DENSO, un conjunto de inversores que cuenta con la participación de grandes compañías como SoftBank y Toyota. Esta inversión le va a ayudar a arrancar operaciones en California este año para más tarde extenderse a otras esenciales urbes en USA.

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