Es realmente difícil decantarte entre Granada o Sevilla como destino viajero. Ambas ciudades andaluzas tienen mucho que ofrecer pero son muy distintas entre sí. Vamos a analizar un poco cuales son los «puntos fuertes» de cada una de ellas.
Sevilla es una ciudad grande, es la capital de Andalucía, y quizás por ello tiene una oferta cultural, artística y de ocio considerablemente más grande. Sin embargo Granada es una ciudad paisajísticamente más bella, y sus inmediaciones aún lo son más. Sevilla es un llano y sus mejores paisajes se sitúan alrededor del Rio Guadalquivir y protagonizados por la arquitectura del centro de la ciudad, más allá poco hay que merezca la pena. Hay mucho que ver en Sevilla realmente.
En Granada las joyas son la Alhambra y el barrio del Albahicín, por no hablar de la cercana Sierra nevada; y en Sevilla son los reales Alcazares, el Barrio de Triana, y todo el centro de la ciudad, que realmente es bonito y con una oferta de ocio excelente. Digamos de momento que Sevilla gana en cuanto a cantidad y Granada en paisaje.
En Sevilla «tapear es una maravilla», así como también lo es disfrutar en una terracita sentados de la gracia y amabilidad de las gentes, y en Granada «ir de cañas» también es una buena cosa pues por poco dinero te vas a casa o al hotel comido o cenado. Granada es una ciudad de estudiantes, y eso se nota en la calidad de la marcha nocturna. Sevilla y su noche es más, ¿cómo lo diría? ¿elitista?
Si vas a Sevilla, mejor que no sea en pleno verano, pues las temperaturas son insufribles. La mejor época sin dudar para visitar Sevilla es la primavera. Es cuando los sevillanos celebran su popular y famosa feria. Hay quién te dirá que evites estas fechas y también la Semana Santa, por la aglomeración de gente y porque suben mucho los precios, pero también hay que tener en cuenta que son un plus difícilmente evitable para un viajero que se precie de serlo.
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