CEDEIRA es un misterio entre el mar y la montaña ¿Qué esconde el paraíso secreto de Galicia?
Cedeira es una de esas joyas que el tiempo ha sabido esconder con maestría. Entre acantilados que desafían al océano y tradiciones que se entrelazan con la niebla, esta villa gallega no es solo un destino: es un enigma. Aquí, la naturaleza se expresa con brutalidad y belleza, con playas de arena blanca, sierras indomables y el eco de antiguas leyendas que resuenan en cada rincón. Y es que Cedeira no se visita, se descifra.
Cedeira es ese rincón de Galicia donde la realidad y la leyenda se funden en un paisaje de acantilados imposibles, playas secretas y caminos que llevan al pasado. Esta villa marinera, enclavada en las Rías Altas, esconde un sinfín de lugares por descubrir, desde el místico Santuario de San Andrés de Teixido hasta los imponentes acantilados de Vixía Herbeira, los más altos de la Europa continental. Si te preguntas qué ver en Cedeira, la respuesta está en sus miradores al infinito, sus rutas de senderismo entre caballos salvajes y sus playas donde la arena negra desafía toda lógica geológica.
Pero Cedeira no solo se recorre con la mirada, también se siente en cada historia que susurra el viento. Aquí, la Sierra de la Capelada guarda vestigios de tiempos primigenios, con rocas de más de mil millones de años que emergen como testigos de un mundo perdido. En sus aldeas, las tradiciones gallegas siguen vivas, ya sea en una romería que honra a los marineros o en la celebración del Samaín, cuando la línea entre vivos y muertos se vuelve más delgada. Cedeira no es solo un destino, es un viaje en el tiempo, un lugar donde cada sendero es una puerta a lo desconocido.
Un balcón al fin del mundo: los acantilados de Vixía Herbeira
Si hay un lugar donde la tierra parece pelear con el cielo, es en los acantilados de Vixía Herbeira. Con sus 613 metros de caída libre sobre el Atlántico, son los más altos de Europa continental, y un espectáculo geológico difícil de asimilar a simple vista. Aquí, el viento azota con fuerza y las nubes juegan a esconder el horizonte, generando la sensación de estar en el borde del mundo.

Este paraje, además de sobrecogedor, es un libro abierto sobre la historia del planeta. Sus rocas cuentan una historia de más de 490 millones de años, cuando aún existía la Pangea y las fuerzas tectónicas empujaban fragmentos del manto terrestre hasta la superficie. De hecho, los acantilados de Vixía Herbeira permiten observar materiales que normalmente solo se encuentran a decenas de kilómetros bajo tierra. Es como mirar las entrañas de la Tierra sin necesidad de excavar.
Desde la Garita de Herbeira, un antiguo puesto de vigilancia del siglo XVIII, la vista es indescriptible: un mar infinito, acantilados que se pierden en la bruma y una sensación de vértigo que solo aumenta la fascinación. No es casualidad que este sea uno de los lugares más fotografiados de Galicia, pero también uno de los más difíciles de olvidar.
San Andrés de Teixido: donde la vida y la muerte se cruzan
Si hay un rincón de Cedeira que encierra misticismo, es San Andrés de Teixido. Esta aldea, suspendida en la ladera de la Sierra de la Capelada, es destino de peregrinación desde tiempos inmemoriales. Y no es para menos: la leyenda asegura que «vai de morto quen non foi de vivo». Es decir, quien no visite este santuario en vida, lo hará después de muerto.
Pero, más allá del refrán, el lugar tiene algo que escapa a toda lógica. Su iglesia, de estilo gótico marinero, guarda un retablo barroco impresionante, pero es el entorno lo que atrapa: casas blancas de tejados anaranjados, campos verdes hasta donde alcanza la vista y un mar que, en días de tormenta, parece rugir con rabia ancestral.
Y las leyendas no acaban ahí. Se dice que San Andrés naufragó en estas costas y que su barca quedó petrificada, formando las rocas de los acantilados. También que aquí habitan las «pedras de San Andrés», pequeñas piedras con forma de cruz que traen suerte a quien las encuentra. ¿Realidad o mito? Poco importa cuando se camina por estas sendas, envuelto en un silencio casi sagrado.
La Sierra de la Capelada: tierra de caballos salvajes y rocas milenarias
Para los amantes del senderismo, la Sierra de la Capelada es un paraíso secreto. Sus colinas ondulantes, cubiertas de verde intenso, se extienden hasta el horizonte, ofreciendo rutas espectaculares que atraviesan acantilados, bosques y praderas donde los caballos salvajes corren en libertad.
Esta sierra es un viaje en el tiempo. No solo por sus paisajes primitivos, sino porque aquí se encuentran algunas de las rocas más antiguas de España, formadas hace más de mil millones de años. En un mundo donde todo cambia a velocidad de vértigo, la Capelada permanece intacta, como un testimonio de lo eterno.
Una de las rutas más recomendadas es la que conecta Cedeira con Cariño, recorriendo 44 kilómetros de naturaleza indómita. Durante el trayecto, se pueden visitar lugares únicos como el Faro de Candieira, un enclave aislado donde el mar y el viento dictan sus propias reglas, y el Mirador Chao do Monte, desde donde se obtiene una de las mejores vistas de San Andrés de Teixido.
Playas de Cedeira: del bullicio a la soledad
No todo en Cedeira son acantilados y montañas. Sus playas son otro de sus grandes atractivos, con opciones para todos los gustos.
- Playa de la Magdalena: la más concurrida y familiar, con 1.400 metros de arena fina y aguas tranquilas. Perfecta para quienes buscan comodidad sin renunciar a la belleza.
- Playa de las Sonreiras: un refugio solitario rodeado de acantilados, ideal para los que buscan desconectar del mundo.
- Playa de Mi Señora: una de las más desconocidas y espectaculares, accesible solo con marea baja.
- Playa de Teixidelo: la única playa de arena negra no volcánica del mundo, una rareza geológica que merece la pena descubrir.
Fiestas y tradiciones: cuando Cedeira se llena de magia
Cedeira no solo se disfruta con la vista. Su cultura es otro de sus grandes tesoros, con festividades que hunden sus raíces en tiempos remotos.
- Fiestas de Nuestra Señora del Mar (10-17 de agosto): el evento más importante del año, con procesiones marítimas, verbenas y un ambiente festivo que impregna toda la villa.
- Samaín (1-3 de noviembre): la versión gallega de Halloween, con desfiles de ánimas, calabazas iluminadas y rituales que conectan con la tradición celta.
- Romería de San Andrés de Teixido (30 de noviembre): el momento álgido de la peregrinación, con miles de fieles recorriendo los senderos hasta el santuario.
«Cedeira no se cuenta… se vive»
Pocos lugares en el mundo ofrecen una combinación tan perfecta de naturaleza, historia y tradición. Cedeira es ese rincón que permanece al margen del turismo masivo, donde cada piedra y cada ola guardan una historia por descubrir.
Tal vez sea cierto que quien no la visita en vida, lo hará después de muerto. Pero, con todo lo que tiene por ofrecer, ¿para qué esperar?