Norias Gigantes: Viaje al Cielo en las norias Más Altas del Mundo.
Buenos días, soy Johnny Zuri y HOY quiero dar mi opinión sobre un tema que, sinceramente, me fascina: las norias más altas del mundo. Pero no es solo una charla sobre alturas impresionantes y vistas panorámicas que cortan la respiración; es también una ventana a la ingeniería revolucionaria y a cómo, incluso en algo tan históricamente simple como una noria, la innovación no tiene límites.
Hablemos primero de una noticia que me dejó boquiabierto: en Corea del Sur, para 2028, se espera la inauguración de una noria sin precedentes. Imagínate, una noria sin radios. Sí, has oído bien. Un diseño futurista que parece desafiar todo lo que sabíamos sobre estas estructuras. Esta noria, situada en Seúl, promete no solo ser la más alta del mundo, con 220 metros de altura gracias a su ubicación sobre un complejo cultural, sino también la más singular por su diseño sin radios, con dos circunferencias enlazadas que permitirán a las góndolas girar de una manera nunca vista antes.
Comparándola con otras gigantes, como la High Roller en Las Vegas o la emblemática London Eye, la noria de Seúl no solo busca romper récords de altura sino también ofrecer una experiencia única. Y aunque Dubái nos tenía acostumbrados a liderar en cuanto a estructuras récord se refiere, su Ain Dubai, cerrada desde 2022, deja el camino libre para esta maravilla surcoreana.
Ahora, dejando de lado la ingeniería y las cifras por un momento, permíteme divagar en lo que estas estructuras significan. Las norias, desde su concepción, han sido símbolos de innovación y entretenimiento. Desde la primera gran noria en la Exposición Colombina de Chicago en 1893, cada nueva construcción no solo ha buscado superar a la anterior en tamaño, sino también en ofrecer nuevas perspectivas, literalmente, sobre el mundo.
Y mientras reflexiono sobre esto, no puedo evitar pensar en las palabras de Ferris, el pionero de estas gigantes, quien vio en su creación una forma de ofrecer a todos una nueva vista, una nueva manera de ver su entorno. Es casi poético pensar que, a través de los siglos, este objetivo no ha cambiado.
Viajar a Corea del Sur en 2028 para subir a esta maravilla tecnológica no es solo una nota en mi agenda de deseos, es un recordatorio de cómo el ser humano sigue soñando y construyendo hacia el cielo. Y sí, mientras tanto, lugares como el London Eye, con su vista privilegiada del Big Ben, o la Wiener Riesenrad en Viena, nos recuerdan que, a veces, para ver las cosas desde otra perspectiva, solo necesitamos elevarnos un poco.
Cierro con una cita que, aunque no habla directamente de norias, resume perfectamente este sentimiento de asombro y exploración: “La verdadera maravilla del mundo se encuentra en la capacidad de ver lo extraordinario en lo ordinario”, una frase que bien podría aplicarse a la evolución de estas estructuras, de simples atracciones de feria a íconos de ciudades y maravillas de la ingeniería.
¿Y tú, has tenido la oportunidad de subir a alguna de estas gigantes? ¿Cuál te ha impresionado más? La conversación, como siempre, está abierta.