La nostalgia es una cosa curiosa, y las gafas de color de rosa son más fáciles de llevar que las que tienen una prescripción precisa para el mundo. Resulta irónico, por tanto, que el hombre más rico del mundo decidió que 2022 -una época en la que sólo el 50% de los adultos estadounidenses ganarán más que sus padres- es el momento adecuado para abrir un autocine y cenar a tope. Y, sin embargo, Elon Musk, siempre tratando de ser el protagonista, pretende hacer precisamente eso.
¿Musk aspira a ser un personaje de ciencia ficción?
Un restaurante al estilo Jetson, con cabinas, taburetes y una arquitectura vagamente moderna de mediados de siglo. Rodeado de densas pantallas de bambú para aislarlo de la calle, las dos pantallas del autocine proyectarán espectáculos cortos de 30 minutos diseñados para durar lo mismo que una comida y una carga completa.
+ en: Bite Into Fake Futurism at Elon Musk’s Tesla Drive-In Theater
Puede que en el futuro lleguemos a pensar cosas como esta: La autopista estadounidense es una especie en extinción, ya que cada vez menos personas conducen cada año. El Hyper Light Drifter de Musk no hace nada para combatir el cambio climático, pero es un símbolo de nostalgia por una época en la que la gente era libre de conducir donde quisiera.
Las naves espaciales de Musk son un homenaje al futuro descuidado de la ciencia ficción
Elon Musk pretende revolucionar los viajes espaciales con su propia empresa privada, SpaceX. Mediante innovaciones tecnológicas y planes para el futuro, Musk y sus colegas pretenden que los viajes al espacio exterior sean más asequibles y accesibles para todos. Las innovaciones de SpaceX han suscitado un debate acalorado en los medios de comunicación, entre los expertos y entre el público en general. El futuro de los viajes al espacio exterior puede estar más cerca de lo que pensamos.
