En esencia, los visitantes, ávidos de alimentarse de un buen blog post de Instagram, entran hasta la cocina en las plantaciones y pisan las ristras de flores. Mas no es solo cosa de la flor holandesa. Asimismo los habitantes de Ámsterdan se ven expulsados de sus casas al lado de los canales, muy cotizados ahora por los inversores que ven una ocasión de reconvertirlos en pisos turísticos. Y el fenómeno no dejará de acrecentar.

El turismo en Ámsterdam ha crecido en un sesenta por ciento en los últimos diez años. Según las cifras de dos mil diecisiete, entran todos los años dieciocho millones mas se espera que para dos mil treinta alcancen los treinta y uno millones.